lunes, 4 de julio de 2016

Larga vida al Agile

Mis revisiones en ForiAgile fueron durante poco más de un año, luego de lo cual termine abandonando dicha comunidad.
Pero la historia del Chevrolet Agile continúo.
Desde ese entonces hasta principios del 2016 el Chevrolet Agile acumulo 98.000 Km. y cinco años de uso continúo.
Recibió todos los services oficiales, incluyendo el de los 100.000 y se puso en venta. Desde hace unos meses ya tiene nuevos dueños.

La mayoría de esos kilómetros fueron en uso mixto, urbano-rural, urbano-ruta en la ciudad de Neuquén y sus alrededores. A lo que hay que sumar un viaje, cada 6 meses, aproximadamente, a ciudades con San Martín de los Andes, Bariloche, Mendoza, San Rafael, San Luis, Mar del Plata y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Durante todos estos años continúo brindando muy buenos servicios y las historias que publique en ForoAgile se repitieron una y otra vez durante todos esos kilómetros.

Pero también sufrió el desgaste natural por su uso, incluyendo la necesidad de alisar las llantas (los caminos aquí tienen muchas lomas y baches por lo que es casi inevitable que se terminen acumulando muchos golpes), desgaste de los brazos hidráulicos de la puerta del baúl, constantemente se le quemaba el foto de la luz baja delantera izquierda y.... un pequeño accidente.
Veamos algunos de ellos.

Las llantas van acumulando golpes con el uso y se van "ovalando". Finamente, a lo largo de estos cinco años le tuve que hacer dos "alistamientos" en un taller especializado. Mucho más barato que remplazarlas por llantas nuevas y, al menos en mi experiencia, igual de efectivo.

Por otro lado, periodicamente se me quemaba uno de los fotos de las ópticas delanteras. Me tenía cansado. Los últimos meses tiraban constantemente. Termine asistiendo al taller de electricidad en el automóvil y el problema es que el conector no funcionaba correctamente. Fue tan fácil y rápido como remplazar dicho conector, colocar una nueva lámpara y volver a usar. Unos 15 minutos en total. Luego de ello, me olvide del problema.

Algo similar se puede decir de los brazos hidráulicos de la puerta del baúl. Al desgastarse la puerta se caía. La solución era tan simple como remplazarlos por brazos hidráulicos nuevos. Una solución relativamente barata también. Lamentablemente, por algún misterio de la naturaleza, no lograba conseguir el bendito repuesto.
Durante varios meses convive con el problema, que me obliga a sostener la puerta del baúl con una mano mientras introducía o quitaba cosas.
Finalmente, termine vendiendo el auto antes de conseguir el bendito repuesto. Supongo que el nuevo dueño ya lo habrá solucionado.

Finalmente, tenemos el "pequeño" accidente. No recuerdo si ya lo había contado, pero uno de mis viajes fueron a la ciudad de San Luis, en la provincia de San Luis. Una ciudad y provincia que, por cierto, vale la pena visitar.
En el centro de dicha ciudad estacione en una playa de estacionamiento. Lamentablemente, no había espacio para nada por lo que todos los automóviles quedaban muy juntos uno de otros y de las columnas que sostenían el techo.
En fin, al salir del estacionamiento me distraje, giré antes de tiempo y termine rozando una columna con el guardabarros trasero izquierdo. Fue un roce y ligera abolladura esencialmente estética, ya que la velocidad fue extremadamente baja, y nunca lo termine arreglando. Durante uno o dos años conviví con ese horrible detalle eléctrico.

Motivo de la venta

Ya lo venía pensando durante el 2015, pero finalmente me decidí y durante los primeros meses del 2016 me puse en campaña para remplazarlo.
A pesar del desgaste natural, podría haber seguido usando el Agile varios años más. De hecho, continuaba muy contento con él.
El problema es que perdía inexorablemente valor en el mercado y, financieramente, implicaba que a la hora de remplazarlo tendría que poner mucho dinero adicional para sustituirlo por un automóvil nuevo.
Para el momento en que decidí venderlo, mi Agile valía aproximadamente un 50% de lo que costaba un auto nuevo de la misma categoría. En algunas concesionarias no tomaban autos usados con más de 100.000 Km., en otras con más de 120.000 Km. En cualquier caso, mi auto estaba cerca del límite.
El 50% restante había que pagarlo en efectivo o con financiamiento. Esta segunda opción era la mía y me encontré conque ese 50% a financiar coincidía con el máximo de mi capacidad financiera.
Así que tanto por el límite en el kilometraje, como por el límite en mi capacidad financiera, había llegado el momento de remplazar el Agile por un auto nuevo.
Si me lo quedaba más tiempo me encontraría conque se me cerrarían muchas puertas donde podría entregar el auto como parte de pago. Además, me encontraría conque mi Agile perdería aún más valor y ya no podría aspirar a créditos bancarios, obligándome a pagar una suma adineraría mayor mediante dinero en efectivo, o volver a recurrir a un largo plan de ahorro.
En retrospectiva, apenas termine de pagar mi plan de ahorro anterior, debiera haber considerado seriamente iniciar inmediatamente el pago de un nuevo plan de ahorro para no verme en la situación actual.

A cambiar el auto

Durante un par de meses realice todo lo necesario para vender el Agile. Recorrí concesionarias de autos, concesionarias de autos usados, lo publique en los clasificados y MercadoLibre para venderlo a particulares, le pegue carteles para que la gente pudiera verlo en la calle, etc.
Mi idea inicial era ir por el camino fácil. Entregarlo en Chevrolet y remplazarlo por.... otro Agile LT o LTZ. Estaba tan contento con el auto que sólo pretendía remplazarlo por uno más nuevo por los motivos antes expuestos.
Además, estaba muy contento con el servicio post-venta que durante todos estos años había recibido de Zahiora Neuquén, el representante oficial de Chevrolet en la ciudad donde vivo. Así que, aunque visite la mayoría de las marcas, finalmente termine visitando varias veces a Zahiora con la esperanza de expectativa de comprar otro Chevrolet.

Pero la cosa no fue tan fácil. Es difícil descifrar las estrategias comerciales de Chevrolet, pero la realidad es que era financieramente más económico comprar un sedan Chevrolet Prisma LTZ con caja automática que un Agile LTZ.
Pero más allá de ello, a pesar de haber hecho todos los services oficiales allí, ha pesar de que el auto estaba en muy buen estado, Zahiora Neuquén me tomaba mi Agile por muy poco dinero y hasta se mostraba reticente a comprarlo... o quizás tuve mala suerte con el vendedor, que estaría buscando algún cliente con mayor capacidad de pago.
En fin, me termine sintiendo desamparado, saque mi Agile de Zahiora Neuquén, di literalmente la vuelta a la manzana y llegue a Sapac, el representante oficial de Ford en la zona.
La cosa fue exactamente a la inversa. El vendedor me atendió extraordinariamente bien, revisaron mi auto y... fueron los que mejor cotizaron mi automóvil. Una hora después, había completado toda la documentación para comprar un Ford Fiesta SE, pero esa ya será otra historia.
Por tanto, así termina la historia con mi primer automóvil: el Chevrolet Agile LT Verde Hera, un camioncito urbano.

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