miércoles, 1 de junio de 2016

Chevrolet Agile LT. Espejos retrovisores

Hoy le toca a los espejos retrovisores. La conclusión general es que son Excelentes. Más en detalle.
Los espejos retrovisores laterales son los más grandes que he visto en mi vida y eso proporcionan una visión posterior inigualable. Debido a su amplio campo de visión, casi no necesitan adaptación cuando tengo que cederle el asiento del conductor a mi pareja.
Estos enormes espejos retrovisores tienen una segunda virtud a destacar, en el Agile LT sus palancas para orientarlos desde el interior son muy fáciles de alcanzar, muy fáciles de usar y muy precisas. También en este aspecto supera a casi todos los demás autos que he conducido en mi vida. La única excepción que conozco fue el Ford Orion Ghia 2.0 de mi familia, ya que contaba con espejos retrovisores eléctricos operados desde un comando único (sistema que, en mi opinión, es superior incluso al del Agile LTZ).

Esta perfección alcanzada en los espejos laterales no se siente igual cuando nos referimos al espejo central. El mismo es relativamente pequeño. La razón es lógica, la ventana posterior también es relativamente pequeña. En realidad, el espejo central tiene el tamaño necesario para abarcar la totalidad de la ventana trasera. Así que su tamaño es perfecto.
El tema no es del espejo sino del relativamente reducido campo de visión relativamente reducido que proporciona la ventana trasera en comparación a otros vehículos. Claro esta, es un costo aceptable por disfrutar un vehículo de gran espacio interior para personas y cargas.

Un último comentario, me esta costando un poco acostumbrarme al tamaño del Agile al momento de estacionar. Estaba muy acostumbrado a utilizar el espejo central pero en este camioncito urbano esto pasa a ser herramienta menos útil. Obviamente, los espejos laterales ayudan más que nunca pero, incluso así, me ha costado calcular la distancia que me separa del automóvil posterior.
Vale destacar que peor es en un Ford Galaxy o un VW Polo.
En fin, es una cuestión de adaptación y costumbre de mi parte. Un detalle, en última instancia, que quizás sea tomada en cuenta por aquellos que viene de vehículos más pequeños

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