En las ultrabook y wintablet actuales no hay espacio para casi nada. Hay poco espacio para aplicaciones (aunque hay que decir que las aplicaciones Estilo Windows 8 tienden a ser más ligeras que sus contrapartes de escritorio tanto en Windows como en Mac). Hay poco espacio para documentos propios (SkyDrive, Mis documentos, fotos, videos, música, etc.). Hasta hay poco espacio para la memoria virtual que suele necesitar todo sistema operativo moderno. Para agravar la situación, por metodología de formateo y la partición de recuperación, el disco no tiene los 64 Gb. que promete.
Estaba acostumbrado a los gigantes discos duros tradicionales que nunca se llenan, por lo que convivir con esta limitación es difícil y estresante. Después de tener computadoras que almacenaban toda mi vida digital, tanto laboral como personal, desde que conocí el primer disquete hasta ahora, incluyendo la información generada en todos los periféricos asociados (Tablet, Smartphone, scanner, etc.), estoy de regreso a la década de 1990, con sus restricciones. Restricciones que eran compensadas con diversas técnicas más o menos exitosas, que todos pensaron dejar atrás en la dorada década del 2000.
En fin, los 90' están de regreso y con ello Windows 8 nos recuerda dos trucos de la vieja escuela, a saber:
Truco 1. Comprimir la memoria
No usaba este truco desde DOS 6.0 en mi vieja PC 286 con un disco duro de 40 Mb. Este truco está de regreso y es tan importante ahora como lo era en aquel entonces.
Windows 8 tiene la capacidad de comprimir la unidad de almacenamiento externa (en mi caso, un SSD de 64 Gb). Los pasos a seguir son los siguientes:
- Iniciamos el Explorador de Archivos (en mi caso, un mosaico de la pantalla de Inicio).
- En la columna izquierda seleccionamos Computadora (antiguamente llamado “Mi PC”) para ver todos los discos duros y memorias disponibles.
- Clic o dedo sostenido en el disco que queremos comprimir para poder ver el menú contextual. (en mi caso, sólo había un disco así que no podía equivocarme).
- En el menú contextual elegimos la última opción “propiedades”.
- Así nos aparece la pantalla que Propiedades. La primera lengüeta o pestaña se llama “General” y nos aparece un gráfico de tortas que representa a la memoria, su espacio utilizado y el espacio disponible.
- Marcamos con una tilde la opción “Comprimir esta unidad para ahorrar espacio en disco”.
- Presionamos el botón ACEPTAR.
- ¡Listo! Comenzamos a comprimir nuestro disco de almacenamiento.
El proceso es lento, dura varias horas y a lo largo de la misma aparecerán varios mensaje de error porque hay archivos que no pueden ser comprimidos porque se están utilizando en ese momento. Cada vez que pasa eso hay que elegir la opción “Omitir”.
Una vez finalizado el lento proceso tendremos todo un disco comprimido y cada cosa nueva se comprimirá automáticamente. Esto implica que a cambio de ganar algo de espacio en la memoria, el procesador tendrá algo más de trabajo llevando a cabo los procesos de compresión y descompresión. Tarea que también requiere un sensible aumento en el uso de la RAM. Son los precios a pagar a cambio de disfrutar de algo más de espacio de almacenamiento.
No necesariamente esto apareja un sistema más lento, de hecho el proceso de compresión/descompresión llevado a cabo por el procesador (en mi caso un Atom) puede ser mayor que la tasa de transferencia del SSD por lo que la velocidad termina aumentando sensiblemente. Aun así, un mayor trabajo del procesador también suele implicar unos minutos de batería.
Yo estoy probando esta solución en este momento y no he notado diferencias perceptibles en velocidad y autonomía. A cambio gane unos modestos pero muy preciados 3,4 Gb adicionales.
Como todo disco comprimido, el espacio libre es orientativo. Una imagen, un video o una canción ya están comprimidas por lo que al pasar por este proceso cambiarán poco y nada, incluso puede aumentar. Un documento de texto o un archivo de Excel, en cambio, pueden terminar siendo mucho más pequeño, tan pequeño como un 10 o 20 % de su tamaño original. Es muy difícil saber, por tanto, si esos nuevos 3,6 Gb. libres los podré ocupar con idéntica cantidad de nuevos archivos, una mayor cantidad o, incluso, algo menos. Todo depende del tipo de documentos (fotos, videos, textos, cálculos, etc.) que utilicemos.
Truco 2. Liberar Espacio.
Cualquiera que haya llegado hasta aquí seguramente habrá notado de qué tratará el segundo truco. Se trata, simplemente, de seleccionar ese gran botón que dice “Liberar Espacio”.
Es una opción bastante antigua (no lo recuerdo bien, pero me parece que nos acompaña desde Windows 98 en adelante), pero que muchos pueden haber olvidado.
Liberar espacio no sólo permite ahorrar espacio, sino también ayudar a que el sistema sea más eficiente y rápido. Muchas veces aquí se encuentra la razón por la que el sistema se va poniendo cada vez más lento. No es la única razón, pero contribuye.
No voy a repetir todos los pasos de nuevo, sólo decir que al presionar el botón “liberar espacio” nos aparece una nueva ventana donde podemos elegir qué borrar y qué conservar. En mi caso, prefiero borrar todo a excepción de las imágenes en miniatura de mis documentos. Esto implica que tengo que tildar todas las demás opciones y, finalmente, darle a ACEPTAR.
Al final del proceso yo recuperé otros 828 Mb de espacio. Nada mal ¿No les parece?
©2013. Este artículo fue escrito por Quique el 14 de mayo del 2013 bajo licencia CC BY-NC-SA para WinTablet.info,sitio pionero en la divulgación y análisis de la industria de las tablets con Windows, sus aplicaciones, accesorios, periféricos, tendencias y temas relacionados.
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