miércoles, 15 de junio de 2016

Recorriendo la ruta de los Siete Lagos

Ayer hice un largo trayecto de la ruta de los Siete Lagos. Gran parte del mismo de piedra. 

Siempre que me tocaba camino de tierra lo hacía a no más de 30 Km/hs. para cuidar el auto. Pero eso no era una opción ahora. Lo estuve manejando durante más horas a velocidades que alcanzaron los 50 Km/hs. con ayuda del control crucero. También nos metimos por caminos de escaso transito con elevadas pendientes para llegar a lugares naturales con escasa presencia humana.
Que puedo decir... pobre Agile. Termino tapado de tierra y sometido a terrenos irregulares que lo hicieron templar de lo lindo. Hay tres buenas noticias. La primera es que el despeje del suelo es más que adecuado para un andar cómodo por estos caminos. No existió ningún riesgo en todo el trayecto de tocar el fondo.La segunda, es que la blanda suspensión de largo recorrido funciono muy bien aquí. En todo el trayecto ni mi pareja ni yo sentimos alguna molestia en la espalda o algún otro lugar por estar tantas horas sentados sometidos a tantas vibraciones. El soporte del smartphone apenas se movía, etc. En fin, un andar muy suave que ayudo a disfrutar del paseo.La tercera buena noticia es que el sistema de aire acondicionado funciona muy bien. En el trayecto había mucho polvo (tanto natural como volcánico) levantado por otros vehículos, mi propio auto, maquinas, etc. El auto entero termino tapado de polvo al grado de dificultad la visibilidad. Incluso así, gracias a que había bloqueado la entrada de aire exterior, en el interior no entro polvo y el aire acondicionado continuo haciendo un excelente trabajo. Yo he viajado en autos que el interior se llena de polvo y el viaje se hace insorporablemente agotador. Obviamente, algo de polvo entro (hasta donde sé, no existe el auto magnético), pero nunca molesto.
Hay una cuarta buena noticia. Para mi tranquilidad, al día siguiente no noto ningún ruido a plástico, metal, etc. Me considero afortunado porque después de semejante ajetreo pensé que iba a terminar con el auto con ruidos por todos lados. Igualmente, voy a tratar de evitar someter a mi auto otra vez a semejante aventura.
Pero también hay malas noticias. La primera es que nuevamente se noto que la aislación sonora es escasa. El ruido es muy molesto, especialmente en este tipo de viajes, y termina siendo agotador.La segunda es que como muy tonto me metí en una zona con arena y quede encajado. La verdad que no sabía que en esta zona podía haber tanta arena. Pensé que el terreno era fuerte. En fin, cuando comienzo a darme cuenta mi instinto me indico que ponga primera y dejara que el auto marchara sólo. Me equivoque, el auto se detuvo. Lo prendía y trataba de acelerar pero el motor se apagaba. Para mi sorpresa, al Agile le cuesta hacer fuerza para salir. En fin, un par de familias cercanas se solidarizo con nosotros y empujaron el auto marcha atrás. Salí del atasco y nunca más volví. Tarde menos de cinco minutos desde que me encaje hasta que salí pero en el proceso aprendí un par de buenas lecciones sobre mi ineptitud y sobre las carencias del Agile. Esperemos que no vuelva a suceder.
Ahora el Agile es una montaña de polvo. No tengo cómo limpiar los frenos del polvo hasta que llegue a mi casa pero los sapitos hicieron su trabajo y al menos puedo ver bien a través de las ventanas. Hasta ahora mis frenos no se "cristalizaron" pero estoy tratando de frenar poco y suavemente (como es mi costumbre, por cierto) para evitarlo.

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