jueves, 30 de junio de 2016

Segundo viaje a la ciudad autónoma de Buenos Aires

Llevé a cabo mi segundo viaje desde Neuquén a Capital Federal. Esta vez con el Nokia Lumia 900.
Por varias razones la experiencia mucho mejor que la anterior.
Ante todo, la experiencia adquirida en el viaje anterior salió a flote y conduje mucho mejor tanto en la ruta como en la propia ciudad. Parece que es como caminar. Cruce la nueve de Julio con mucho mayor soltura, al igual que todas las autopistas, etc.
Por otro lado, el GPS integrado en el Lumia 900 funciono mejor que nunca. Tenía todos los planos completos y actualizados e indico todas las instrucciones con precisión y anticipación suficiente. La consecuencia de ello es que nunca, pero nunca, me perdí.
Esta vez ayudo más mi pareja, parece que el Omnia es mucho más fácil de usar que los restantes teléfonos porque mi pareja, sin capacitación mediante, podía utilizarlo y darle instrucciones al GPS del teléfono mientras yo conducía (algo que nunca pudo hacer con ninguno de los teléfonos anteriores, por más intentos de explicarle que hiciera).

VIAJE DE IDA Y VUELTA

Esta vez ya conocía el trayecto por lo que pude hacer el trayecto más rápidamente. Pase por una menor cantidad de estaciones de servicios y planifique la ruta de tal manera que pude evitar los lugares más difíciles en la hora pico.
El control crucero funciono tan fantasticamente como siempre y es un placer viajar dentro de las velocidades legalmente permitida disfrutando de buena música y buena charla. No puedo imaginar un futuro auto sin esta característica.
Sólo hay dos cosas para mencionar. La primera es que el GPS del Nokia Omnia tiene registradas las normas de transito de la provincia de Buenos Aires por lo que te va indicando con alertas sonoras y visuales sobre la violación de la mismas. Es como tener un oficial de transito de copiloto, silbato incluido.
Al principio no entendía las alertas. De hecho, fue mi pareja la que descubrió el detalle.
Luego de que entendí el sistema descubrí que las alertas se activan en el mismo momento que el auto cruza paralelo a la señalización de la ruta, con un margen de error de sólo uno o dos metros entre la señal sonora y en la pantalla y el verdadero cartel al costado de la ruta. Esto habla muy bien de la precisión del GPS integrado en el Lumia, muy superior al del Galaxy ACE.

El segundo comentario esta relacionado con el hecho de que pude evitar atravesar las zonas más complicadas de la ruta en la hora pico. Me refiero a unos 100 Km. en cercanía de Chivilcoy y el ingreso a la ciudad de Buenos Aires, antes de comenzar la autopista.
Evitar el transito de la hora pico permite disfrutar de una mayor velocidad promedio, realizar sobrepasos con mayores margenes de seguridad y mantener mayores distancias respecto a los vehículos de adelante. Todos los ingredientes para disfrutar, en teoría, de un viaje más seguro y relajante.
Pero, lamentablemente, la realidad fue muy diferente a la teoría. No fue ni seguro ni relajante. Aunque más liviano, el transito continúo siendo importante. Nada grave pero no permitía relajarse. Había que estar muy concentrado.
Eso no fue lo malo. El problema es que varios parecían creer que ese transito más liviano era una vía libre para hacer cualquier cosa. Muchos conductores actuaron en forma mucho más arriesgadas a velocidades más altas. Y esto pago su precio. Durante el trayecto vimos tres accidentes graves, incluso de un moderno Focus que nos había sobrepasado y unos diez o quince minutos después lo encontramos destrozado a la derecha de la ruta.
En dos ocasiones casi me transformo en víctima de vehículos que venían de frente realizando sobrepasos sin el menor cuidado. En una de dichas oportunidades no hubo alerta de luces y bocinas que funcionaran, tuve que frenar hasta casi detenerme y me abrí en dirección a la banquina. No llegue a meterme en esta pero genere el espacio suficiente como para que el imbecil terminará de realizar su sobrepaso.
En varias ocasiones fui testigo de sobrepasos que casi, casi, terminaron en tragedia. No lleve la cuenta pero nunca en mi vida vi tantas situaciones de potenciales accidentes como esta vez.
Ahora estoy confundido, no sé si me conviene atravesar esta zona en la hora pico o en la "hora libre".

Un comentario respecto al Agile: funciono perfectamente. Realizar sobrepasos en un cambio por debajo del necesario (en cuarta en vez de quinta, por ejemplo) ayuda mucho, a la vez que los frenos hicieron perfectamente su trabajo. No hay ninguna queja respecto a esto.
Muchos se quejan de que el motor 1.4 con su caja de corta relación es demasiado pequeño para el pesado y voluminoso Agile. Esto en parte es verdad pero yo no lo veo grave. Para mí sus 92 o 94 caballos hacen perfectamente el trabajo. Es mucho mejor realizar sobrepasos en condiciones adecuadas de seguridad que tener un motor algo más potente y matarse. Un motor 1.8 proporcionaría un plus de potencia que pagaría su precio en el consumo de combustible y en una reducción en los niveles de seguridad si no es acompañado de mejoras en sistemas de frenos, suspensión más rígida, más airbag, refuerzos de carrocerías y un largo listado de etceteras que incluyen mejoras en la calidad de las rutas y en la capacitación de los conductores.

EN LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES

Es poco lo que tengo que agregar respecto a esto. Ya lo dije casi todo al comenzar este comentario. Lo único que me falto decir es que, a pesar de todas las mejoras, sigo sin animarme a escuchar música mientras conduzco.
Quizás en el próximo viaje ya gane la confianza y experiencia suficiente como para conducir y guiarme con el GPS a la vez que disfruto de escuchar música en la radio.
Esta vez fui al Tigre, Unicenter y recorrí gran parte de Capital Federal sin haberme perdido ni una vez ni sentirme inseguro. De hecho, diría que se respetan mucho más las normas de transito que en la ruta.
Un poco más gracioso, en esta ocasión también pude meter un poco más la nariz cuando otros querían colarse, quitarme un estacionamiento o impedirme cruzar en una esquina. En el viaje anterior pague el precio de ser un forastero novato en las calles de la gran ciudad, pero parece que ya pague mi derecho de piso y pude comenzar a hacerle pagar a algunos taxistas y locales que se pasaban de piolas. Quien sabe, quizás en mi proximo viaje pueda comenzar a maldecir al forastero novato que se me cruce por enfrente.
Un último detalle, pasé un susto cuando cargue combustible en la estación de servicios Shell que queda en la esquina de la 9 de Julio, cerca de la UADE. Pedí tanque lleno y así sucedió, a grado tal que el combustible comenzó a rebalsar a borbotones hasta que el operario de la estación de servicios pudo solucionar el problema. Estuvieron varios minutos secando todo el combustible. Luego de ello sentí olor a nafta dentro del auto durante un par de horas. Me preocupaba que hubiese corroído la pintura pero, por suerte, no he notado ningún problema hasta ahora.

PROBLEMAS TÉCNICOS

Aunque el Agile hizo su trabajo perfectamente, sufrí dos percances técnicos.
El primero fue al salir y por mi culpa. Cuando uno realiza un viaje tan largo trata de planificar la hora de salida, pero no siempre se concreta. Aveces la pareja de turno necesita más tiempo del necesario para terminar de armar la decima valija con la ropa que utilizará por si justo llegan los extraterrestres mientras estábamos en Buenos Aires.
Mi paciencia llego a su límite por lo que después de cargar todo el equipaje en el baúl no se me ocurrió mejor idea que cerrarlo con mayor fuerza de la necesaria. La consecuencia fue que uno de los pernos que sostiene la "luneta interna" del baúl (no sé el nombre correcto) se soltó. Tuve que dejarla en casa y hacer todo el viaje sin la misma.

El segundo problema técnico fue al regresar a casa. Faltando pocos kilometros para llegar se quemo la luz baja izquierda (la segunda vez que pasa desde que tengo el auto). Un problema menor y fácil de resolver.

Por último, mi Agile mantiene un problema crónico. Los ruidos de la parte trasera desaparecieron desde el segundo service y nunca más volvieron, pero el ruido a viento de las puertas delanteras, especialmente la del conductor, siguen allí. En el primer service dijeron que se soluciono regulando las puertas, en el segundo service informaron que el problema eran los burletes gastados pero que no tenían repuestos. Veremos que pasa en el tercer service.
Su persistencia lo transforma en el único problema real que sufro en mi Agile.

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